La humedad es uno de los problemas más frecuentes en paredes exteriores o interiores. Afecta a la estética, por las manchas o desconchados que aparecen, y también compromete la salud de las personas que viven en el interior de las viviendas.
Lo más importante para encontrar y elegir la mejor solución es encontrar y entender el origen de la humedad: no es lo mismo una filtración de lluvia en una fachada que un ascenso de humedad desde el suelo o una presión de agua en un sótano.
Humedad de la lluvia en fachadas
Las fachadas son la primera barrera de protección de los edificios. La lluvia, especialmente cuando se combina con viento, puede penetrar por los poros del revestimiento y provocar manchas, desprendimientos y pérdida de color.
La clave está en utilizar revestimientos que sean impermeables al agua de lluvia pero permeables al vapor, permitiendo que el muro “respire”.
Los morteros lavado-revoco o morteros monocapa-raspado son sistemas que garantizan fachadas secas, y con un acabado firme durante años.
Humedad desde el suelo
También es común la presencia de humedades que provienen desde el terreno hacia la fachada. Es conocido como humedad por capilaridad. Genera desconchados, manchas de salitre y degradación de los revocos.
La solución pasa por utilizar morteros transpirables e impermeables que favorezcan la evaporación del agua contenida en el muro, evitando la acumulación de humedad y las manchas de sal.
Un ejemplo de estos morteros son los morteros a la cal, ideales en rehabilitaciones de zócalos y muros en contacto con el terreno.
Humedad en paredes interiores
En las paredes interiores, los problemas de humedades aparecen en forma de moho, malos olores, desconchados en paredes y ambiente perjudicial. Estos problemas van más allá de la estética y pueden afectar la salud de las personas.
Este tipo de humedad se debe a dos factores:
- Paredes que no transpiran: Los muros recubiertos con pinturas o morteros demasiado compactos bloquean la salida natural del vapor.
- Exceso de humedad ambiental. La condensación se acumula en las paredes generando el moho, sobretodo en las esquinas.
Para solucionarlo, la mejor opción es devolverle al muro su capacidad de transpiración para que pueda evacuar el vapor y no se acumule formando manchas.
Los morteros de cal transpirable e impermeable son la mejor opción, ya que gracias a la naturaleza porosa de la cal, permite que el vapor de agua atraviese la pared y se disipe, a la vez que protege la superficie frente a filtraciones puntuales. A diferencia de los revestimientos plásticos o cementosos tradicionales, no encierra la humedad en el muro, sino que la regula, favoreciendo un ambiente interior más saludable.
El uso de morteros de cal es especialmente recomendable en rehabilitación de viviendas antiguas, sótanos con ventilación natural, muros de piedra o ladrillo que muestran eflorescencias, e incluso en reformas de interiores donde se busca un acabado más natural y duradero. Además, la cal aporta propiedades bactericidas y fungicidas, lo que ayuda a prevenir la aparición de moho en zonas propensas a condensación.
Aplicar un sistema transpirable como este no solo resuelve el problema de la humedad, sino que también mejora el confort y la calidad del aire interior, evitando repintados frecuentes y garantizando la durabilidad del revestimiento.
Humedades en baños
Aunque también sean paredes interiores, merecen una mención especial las paredes de los baños. Requieren una protección especial contra el agua porque su exposición es más frecuente y la pared o tabique es más sensible (ladrillo hueco, revoco fino)
La mejor opción para este tipo de superficies es la aplicación de morteros impermeabilizantes cementosos, diseñados para proteger paredes interiores y/o exteriores frente a la acción del agua y la humedad. Son perfectos para cuartos de baño, duchas, fachadas con revoco fino y tabiques cerámicos, donde se necesita máxima impermeabilización en espesores reducidos.
Humedad en zonas expuestas al agua: balcones, terrazas y piscinas
En zonas en contacto directo con el agua, la posibilidad de que aparezcan humedades es mayor. Tanto la lluvia como la acumulación del agua o los cambios de temperatura generan microfisuras en suelos o paredes que producen humedades.
En balcones, terrazas, cubiertas o piscinas, la mejor solución es aplicar morteros impermeabilizantes flexibles, especialmente diseñados para el contacto con el agua, y que se adaptan a las pequeñas fisuras o movimientos.
Con estos morteros se crea una barrera estanca, perfecta para estas zonas exteriores en contacto permanente con el agua.
Humedad en sótanos o garajes
Estas humedades aparecen por la presión del agua del terreno. Afectan a paredes de sótanos, garajes, huecos de ascensor o muros de contención provocando la aparición de moho, filtraciones y pérdida de resistencia estructural.
La solución más eficaz son los morteros cementosos osmóticos, impermeabilizantes y que actúan como barrera contra la entrada de agua en soportes de hormigón o fábrica de ladrillo. Sellan los poros y capilares del hormigón, evitando que el agua atraviese el muro, incluso bajo presión.
Solución para tratar las humedades en paredes
Como hemos podido ver, no hay una única solución para tratar la humedad de las paredes, ya que no todas las humedades son iguales. La lluvia, la condensación interior, la presión del agua, o la capilaridad influyen a la hora de encontrar la mejor solución para tratar la humedad de tu pared.
En Pavicret hemos desarrollado una gama de morteros e impermeabilizantes para cada tipo de humedad que permiten tratar de eficazmente cada problema, tanto en paredes interiores como exteriores.
Si necesitas ayuda para saber cual es el mejor sistema para evitar las humedades en tu obra, reforma o rehabilitación, contacta con nosotros.
Nuestro equipo técnico te asesorará paso a paso para elegir el producto adecuado y garantizar un resultado profesional.